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domingo, 25 de marzo de 2012

El fantasma de Canterville, Oscar Wilde


Oscar Wilde

“El fantasma de Canterville”

Col. Los intempestivos/Editorial Funambulista
Versión de Mario Lacruz/Postfacio de Isabel Lacruz Bassols
121 pags.

Inteligentísima mezcla de sátira social y elaborada farsa, El fantasma de Canterville (originalmente publicada en 1887) es una de las piezas más deliciosas y elegantes del gran Oscar Wilde. Una sofisticada familia norteamericana, los Otis, compra el añejo castillo inglés de los Canterville. El anciano dueño les habla entonces de que en la mansión habita desde tiempos inmemoriales el colérico fantasma de Lord Simón Canterville, que mató a su esposa y cuyo cuerpo desapareció después misteriosamente. Lejos de amedrentarse, los inquilinos compran el castillo con fantasma incluido, y acaban sometiendo al pobre espectro anacrónico, que acaba siendo juguete y víctima de los dos niños terribles de la familia. Tal vez sea El fantasma de Canterville la novella más conocida y celebrada de Wilde, que ha pasado por méritos propios a la lista de obras inolvidables y fundamentales de la literatura universal.





«El fantasma de Canterville se quedó unos instantes petrificado de ira; después arrojó al suelo furiosamente el frasco y salió huyendo por el corredor, emitiendo gritos cavernosos y despidiendo una luz tétrica de color verde. Pero al llegar al rellano de la escalera de roble, se abrió de golpe una puerta y aparecieron dos niños vestidos de blanco. Una gruesa almohada salió disparada y pasó rozando la cabeza del fantasma».


Oscar Wilde nació en 1854 en Dublín, en el seno de una familia protestante. Durante su estancia en el Magdalen College de Oxford se integró en el llamado movimiento «decadente» en literatura: se dejó el pelo largo, y decoraba sus aposentos con plumas de pavo y porcelanas eróticas. Casado con Constance Lloyd, con quien tuvo dos hijos, sin embargo sus querencias se dirigían a los muchachos de la calle. Finalmente, su relación con lord Alfred Douglas, el joven Marqués de Queensberry, le ocasionaría su ruina como afamado autor, tras un juicio degradante y una estancia en prisión por conducta indecorosa. Morirá en París, en 1900,arruinado.

Autor de arrollador éxito, genio de la ironía y conocido a ambos lados del Atlántico, a él se deben obras teatrales como Salome (1894), The Importance of Being Earnest (1895), o relatos como este Fantasma de Canterville (1887) o El retrato de Dorian Gray (1890).


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